lunes, 12 de septiembre de 2011

Me teme la naturaleza

 Había una vez alguien que escribía  a oscuras
alguien que como delito escribía con algún sentido,
se escribirían lineas a las dos de la mañana
y las cartas volaban, caían humedecidas.
Se levantaban era cosa que se escuchaba sobre la noche
todos salia entre la animalidad, lo no convencional 
aquellas letras escritas en la oscuridad.
El aire abría las cartas, las leía en cada zarpazo
daba lectura de la vida.  Pero ese autor, es un canalla
en su agonía tiene sueños terribles todavía.
Era mejor que el papel se destruya con el agua.
Decía el aire, decía  la misma lluvia, decían los incestos, se los decían,
a quien todos lean, era una aberración tener sueños, anhelos
grandeza por cada pieza de tu pobre elocuencia,
su razón le falla, no es condescendiente con los demás,
no le ama tanto a su madre, a sus hermanos.
Ese autor es un canalla, ese autor siempre perdía sus cartas 
sus amigos en la noche  lo votaban. 
La misma animalidad le abandonaba
ahora que se lo trague la nada.
Ahora es malo escribir a las dos de la mañana,
porque tentando a tu razón, a tu sin sentido 
todo es parte de un complot para la naturaleza, 
que vive cansada de ti, del humano en estos pocos años.
Miedo le tiene, miedo le escribes, 
miedo eres, en miedo te consumes
y solo la madre naturaleza te puede escuchar
se buen niño y no quieras pesarle,
tanto como tengas que morderle otra vez. 


Ana Isel Espinosa Jaime

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