No importa que no tenga un poco de cocaína en la bolsa,
aun maldigo, el inadecuado esta bien.
Las satisfacciones me las he quebrado cada día.
No importa si la música nos rompe el escuchar.
Y no vengas con tu libro a profesar tu según verdad
déjame lastimarme, déjame caer en los abismos y cruzar la puerta
Tan poco nos vemos, tan poco nos sabemos
déjame rasgar los sueños, deja que la tierra nos caiga en el cuerpo.
Y no importa si es delirio, mostrar una agotamiento, al hierro del alma al fuego.
Ana Isel Espinosa Jaime
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